Todo está definido y es oficial. El presidente de Ecuador y el mayor representante de la Conmebol llegaron este viernes a un significativo acuerdo. Guillermo Lasso y Alejandro Domínguez acordaron organizar la única final de la Copa Libertadores el 29 de octubre en Guayaquil.

“Como gobierno y como país estamos muy complacidos de realizar este evento de la Conmebol en Ecuador, que es de tanta importancia continental y mundial”, dijo Lasso durante la ceremonia de firma del convenio.

El Presidente agradeció a la Conmebol por nominar a Ecuador “para ser sede de esta final” y elogió “en particular a su Presidente Alejandro Domínguez”, quien destacó la posición del gobierno ecuatoriano de hacer de la final un evento de interés para el país.

“Gracias, presidente Lasso, por firmar este acuerdo y por comprometer a su gobierno, porque sin ese compromiso, sin tener evidente este evento de interés doméstico, le aseguro, presidente, que no hubiera sido suficiente, porque eso es lo que mueve la mundo”, subrayó. domínguez

El presidente Lasso incluso agradeció a la Conmebol por nominar a la caudal de su país, Libre, como sede de la Copa Libertadores femenina, que se jugará el próximo mes de octubre con la décimo de 16 selecciones sudamericanas.

Domínguez aseguró que cambiar la modalidad de la final de la Libertadores con partidos de ida y dorso a una final individual en una sede específica fue una de las mejores decisiones de la Conmebol.

“Las finales de ida y dorso fueron verdaderas guerras; La final de individuales se ha convertido en una fiesta porque esa es la esencia del fútbol”, añadió.

La final de individuales se jugará en el monumental Estadio Isidro Romero de Barcelona, ​​situado cerca del centro de Guayaquil, donde ya se jugaron dos finales de la Libertadores, en las que el cuadro azulgrana perdió ambas delante el Olimpia de Paraguay. 1990 y 1998 contra Vasco Da Abanico de Brasil.

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